El pádel en silla de ruedas se presenta como una nueva disciplina adaptada en alza. Hoy en día, se está experimentando una evolución tanto a nivel amateur como en el número de licencias federativas, incluyéndose desde 2016 dentro de la FEDDF. Este aumento se corresponde con un mayor número de torneos, un mayor apoyo por parte de las instituciones, así como de las propias marcas comerciales.
Elementos clave en su evolución son su gran accesibilidad, dado el gran número de pistas existentes en cualquier centro deportivo (mismas que en pádel a pie aunque deberá contar con dos accesos de ancho de 1.05 metros como mínimo); el amplio abanico de participación, pudiendo jugar cualquier persona casi con cualquier discapacidad así como de cualquier edad; y en último lugar, su fácil y rápido inicio al divertimento deportivo y social, debido principalmente a tres características:
- Las reducidas dimensiones de la pista,
- La posibilidad de jugar con un máximo de dos botes
- La posibilidad de jugar con las paredes, tanto laterales como frontales, lo cual le confiere un juego continuo.
En cuanto a las diferencias reglamentarias más características del pádel en silla de ruedas respecto al pádel a pie, las principales diferencias son los dos botes validos en el pádel en silla y la altura en el saque donde no se puede sobrepasar la altura de los hombros. Si la pelota impacta en alguna de las partes de la silla o en el cuerpo del jugador el punto será para el rival. Igual que en el pádel a pie, la pala debe ir sujeta a la muñeca con su cordón correspondiente sin poder cambiar la pala de mano para ejecutar los golpes.
Las sillas que se utilizan para la práctica son sillas deportivas, donde sus ruedas laterales están inclinadas para evitar vuelcos. Además de las ruedas laterales, las sillas tienen dos ruedas delanteras y una en la parte trasera situada al final de la barra antivuelco. Las ruedas pequeñas delanteras junto con la trasera hacen que la silla gire rápidamente para poder manejar la silla a gran velocidad y el antivuelco trasero nos permite rematar sin miedo a sufrir caídas.
Con la pelota en juego y los jugadores en pista, ya solo queda disfrutar de este deporte, al que su rapidez de movimientos y vistosidad, le convierten en uno de los deportes adaptados más llamativos de nuestros días.
Dr. Daniel Navas Sanz
Profesor Universidad Europea de Madrid.
Jugador: Óscar Agea.
Fotografía: Carlos Ocaña FotoPadelLive (C).
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