Está claro que el pádel está creciendo a un ritmo frenético y no sólo en el terreno amateur o profesional. También entre niños. Cada vez es más frecuente pasarse por un club deportivo con pistas de pádel a media tarde para comprobar cómo muchos niños y niñas entrenan con sus monitores y perfeccionan su técnica y fondo físico.
Y lo cierto es que los niños son los verdaderos impulsores de este deporte, los agentes que lo conseguirán mantener en el tiempo. Como sucede con otros deportes los menores son el auténtico motor que lo preserva vivo. Además, las marcas están fabricando palas de padel para niños y niñas y prendas de ropa adaptada para ellos.
Ahora bien, una de las preguntas que se hacen muchos padres que quieren que sus hijos empiecen a familiarizarse con el deporte es sobre la edad perfecta para empezar a practicarlo.
Es verdad que no es un deporte complicado, que requiera de un entrenamiento físico elevado, como sucede en otros deportes. Requiere de cierta técnica y sobre todo exige movimientos precisos por lo que a priori no se recomienda en niños muy pequeños, menores de 4 años.
La edad más baja podría situarse en los 5 años. Aunque claro depende muchas veces de la habilidad y destreza del niño. Un niño que tenga muy desarrollado el sistema psicomotriz y tenga una gran habilidad con sus movimientos podrá empezar con apenas 5 años a recibir sus primeras clases.
A partir de los 8 años el niño se descubre a sí mismo, va descubriendo su propio cuerpo y va conociendo sus límites motrices. El niño empieza a madurar física y psicológicamente.
Después de los 8 años es cuando muchos niños se inician a practicar alguna actividad física porque es cuando tienen mayor coordinación y autonomía. Antes de esa edad la iniciación en el pádel puede resultar más complicada.
A partir de los 13 años los niños y niñas ya pueden jugar al pádel con total tranquilidad y de una forma más constante o disciplinada.
Algunos padres prefieren que aprenda primero a jugar al tenis y que se pase al pádel más tarde. Podría ser una opción pero hay que tener en cuenta que el cambio de un deporte al otro exige un periodo de adaptación para evitar arrastrar los vicios del tenis.
Por tanto, los 5 años podría ser la edad más baja para empezar, aunque a partir de los 8-10 es la idónea puesto que el desarrollo físico es mayor y el niño o niña está más adaptado y mejor preparado.
Aunque es muy importante y en eso coinciden la mayoría de monitores que el niño tiene que querer. En España hay muchas escuelas de pádel que imparten ya clases para niños pequeños a partir de los cuatro años y la Federación Española organiza campeonatos de todas las edades. Sin embargo, si el niño no quiere o no está lo suficientemente motivado para empezar o no lo percibe como una diversión no merecerá la pena que empiece a practicarlo.
Nunca le obligues a jugar al pádel porque a ti te guste. Tiene que percibirlo como un algo que le guste.
A diferencia de otros deportes donde las ventajas parece que sólo se localizan en el área motor o aeróbico, en el pádel todo son ventajas.
1º. Se mejora la coordinación, la orientación espacial y la coordinación óculo-manual.
2º. Quema de calorías. El pádel es un deporte aeróbico y por tanto se produce una importante quema de calorías que ayuda incluso a combatir la obesidad.
3º. Mejoría en el tono muscular.
4º. Mejora la socialización. Al ser un deporte por parejas el pádel mejora mucho la socialización y les enseña a ser competitivos pero desde la colaboración, fortaleciendo el espíritu de trabajo en equipo.
5º. Es un deporte divertido. La diversión en el pádel está garantizada y a esas edades ese ingrediente es importantísimo. El pádel tiene un reglamento sencillo, fácil y suele cumplir las expectativas de los más pequeños.
6º. El pádel les permite avanzar, progresar. Es un aspecto importante. Les permite avanzar, progresar a nivel técnico con los entrenamientos oportunos.
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