“¿Hay que pagar entrada para ver un partido de pádel…? Pues sí señor, como en cualquier otro espectáculo”. El diálogo se dio hace tres años a las puertas de uno de los torneos de Madrid. Hoy ya ni se pregunta, ya es una obviedad que como en todos los eventos deportivos se debe pasar por taquilla.
En menos de tres años, el circuito Pádel Pro Tour ha pasado de ser una serie de torneos “gratuitos” a convertirse en un espectáculo deportivo, con mejoras en cuanto a infraestructura e instalaciones.
Sin ir muy lejos en el tiempo, el reciente torneo de la Comunidad de Madrid, con un impresionante montaje a las puertas del Estadio Santiago Bernabéu, supuso una inversión cercana a los 600.000 euros. Y es que el presupuesto de cada prueba del circuito no baja de los 150.000 euros.
Cada día es mayor el número de aficionados a este deporte y por ende la demanda de localidades para estos torneos profesionales sigue creciendo. Valga como ejemplo lo ocurrido en las dos últimas pruebas celebradas en la Costa del Sol (Marbella y Fuengirola) donde se debió colgar el cartel de “entradas agotadas”, situación que hemos vivido en otras tantas ciudades en lo que va de temporada.
Si tenemos en cuenta el costo de una entrada para estos torneos y lo comparamos con el de otros espectáculos, nos daremos cuenta que sigue siendo muy económico ver “el mejor pádel del mundo”.
Un abono para los tres días -cuartos de final, semifinales y final-, donde se garantiza un mínimo de siete partidos, tiene un costo promedio de 35 euros, muy por debajo de los 150 euros que vale la entrada más barata para el encuentro amistoso de baloncesto entre Barcelona y Los Angeles Lakers o los 105 euros que piden por una localidad en el próximo concierto de la cantante colombiana Shakira en Madrid.
Pero podemos seguir citando ejemplos. Para ver una corrida de toros en Sevilla, el costo mínimo es de 84 euros, lo mismo que cobrarán por presenciar tan sólo los entrenamientos libres del Gran Premio de Aragón de Motos GP.
Algo menos cuesta ver los partidos amistosos del Real Madrid y Barcelona, unos 40 euros la entrada más económica. Y la lista sería interminable.
Lo que en concreto queremos expresar es que pagar una entrada en un torneo de pádel, apunta más a valorar el esfuerzo y la profesionalidad de los deportistas, su imagen y la de sus patrocinadores, que a tratar de rentabilizar con ello la inversión realizada en cada prueba del circuito.
Textos: Oscar Solé
No hay comentarios:
Publicar un comentario